viernes, 17 de diciembre de 2010

Me despido de Limerick hasta enero

Justo ayer hacía tres meses de mi aventura irlandesa. La verdad es que han sido tres meses llenos de altibajos, pero no me arrepiento de nada; las experiencias nos hacen aprender. Sigo creyendo que esto es lo que quiero: vivir en Irlanda, hacerme mi vida aquí. A pesar de ello, tengo muchas inquietudes porque quiero quedarme aquí, pero también conocer mundo, mucho, mucho mundo. A ver si me toca la lotería de Navidad y puedo vivir dedicándome solo a viajar y hacer fotos... ¿se imaginan? jaja. La verdad es que hoy tengo un día muy raro, estoy en mi mundo y desde aquí se ven las cosas diferentes. Hoy he salido a la calle, con el iPod puesto en la lista de "The Script" (últimamente no escucho otra cosa) y he disfrutado de cada paso que daba en Limerick, lo echaré de menos durante estas tres semanas. 

El fin de semana pasado Bea me acogió en su casa de Dublín. Es una casa preciosa, y la familia con la que ella vive es genial, irlandeses de verdad: amables, hospitalarios, simpáticos. ¡Muy buena gente! Fuimos de compras de Navidad y de souvenirs para llevarles a aquellos que se han acordado de nosotras en el tiempo que llevamos fuera. Yo, por ejemplo, sólo le llevo algo a la gente que me ha demostrado que le importo, que me ha preguntado cómo me va, que se ha preocupado de animarme cuando lo he necesitado...sobre todo en los últimos tres meses, pero no exclusivamente.
Por supuesto, hice fotos en Dublín. Me encanta esa ciudad. Ya me he prometido que viviré allí, lo necesito. Para mí, tiene algo tan especial. He estado en otras grandes ciudades europeas: Berlín, Ámsterdam, Bruselas, Madrid/Barcelona, pero ninguna me transmite lo que Dublín. Es algo que no puedo explicar. Quizás, cuando pueda vivir allí, me salgan las palabras adecuadas para expresarlo :)

Dublin desde la parada de Luas(tranvía) de Heuston 



Unos chicos cantando en Grafton St.

El fin de semana anterior, conocí a Tomasz, un chico polaco que me iba a alquilar una habitación en su casa cuando llegué a Irlanda. Al final encontré otro lugar dónde vivir –como ya todos saben– pero mantuvimos el contacto. Es una persona muy diferente y espiritual. Me habló de montón de cosas interesantes: su camino de Santiago, su viaje a la India, de toda su vida y de cómo ésta estaba tan marcada por las cosas espirituales. Me gustó la conversación y lo que me contó, ¡fue tan distinto!
Además, me llevó a Kilkee, en la costa sur-oeste. Vi lugares preciosos y muy vírgenes; paisajes irlandeses que quitan la respiración. Mientras observaba uno de los acantilados pensé "cualquiera, cuando piensa en Irlanda, se imagina esto, y yo estoy aquí" y me sentí muy feliz. 
Les dejo unas fotos, para que se hagan una mínima idea de la sensación de paz y felicidad –y pelete jajaja– que se puede sentir estando ahí.






El domingo cojo el avión de vuelta a Gran Canaria. Espero estar allí a las 19:15, cruzaré los dedos porque ha nevado un poco, y según las predicciones del MetEireann, volverá a nevar fuerte el fin de semana. 
Sin más que contar por ahora, me despido. 

¡Hasta pronto Limerick!


¡Hasta MUY pronto a todos y Gran Canaria!

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